La Covid-19 ha mantenido en vilo a todo un planeta que ha visto cómo prácticamente toda su población se metía en sus casas para evitar la propagación. Eso dejó en suspenso muchas actividades y algunas, como los eventos presenciales, se vieron obligadas a cerrar sus puertas sine die ante la imposibilidad de los promotores de garantizar y controlar el acceso de los asistentes, así como de realizar un seguimiento fiable.